De Zadar a Dubrovnik
- lectura de 3 minutos - 440 palabrasHoy el día ha sido muy largo.
Por la mañana dimos un paseo por Zadar: mejor por la noche que por el día. Aunque la ciudad está bien, por la noche causa mejor impresión porque sólo tienen iluminado lo realmente espectacular. Estuvimos en un museo de arte religioso regentado por unas monjas del que se podría haber pasado y luego fuimos al mercado, donde compramos higos. Seguimos paseando hasta el parque que hay en el itsmo que une la península con el resto de la ciudad y dimos la vuelta, pero esta vez sin usar el “taxi”.
No comimos allí, sino que directamente cogimos el coche y comimos en un área de servicio. Para no hacer el viaje aburrido nos desviamos un poco y paramos en Vrgorac, pueblo que históricamente era la frontera de Croacia con Bosnia y donde ha habido bastaten pelea a lo largo de la historia. Muy montañoso todo por la zona, aunque los valles son amplios (la autopista va por dentro, no como la ruta magistrale, que va más pegada a la costa). Paramos en Vrgorac, un pueblo en el que a lo largo de la historia los venecianos se pelearon mucho con los otomanos.
Después de pasada la frontera con Bosnia y vuelto a entrar en Croacia no fuimos directos a Dubrovnik, paramos en Ston. Yo creo que la guía no pondera Ston lo suficiente. Es un pueblo dedicado al cultivo de ostras y que además tiene salinas, eso es lo que dice la guía, también dice que tiene una muralla que lo une con el pueblo de Mali Ston. Lo que no dice es que es un pueblo encantador, todo en piedra, pequeñito pero muy agradable. Se nota la influencia veneciana. Estuvimos allí un rato largo sentados en una cafetería.
Después sí, fuimos a Dubrovnik, llegamos hacia las ocho. El chico que nos recibió es encantador, nos ha dado toda clase de información y hasta nos subió una de las maletas. Cenamos en el apartamento, e íbamos a acostarnos, pero mi madre y yo optamos por ir a Dubrovnik centro.
Estamos a algo menos de 20 minutos del centro y el paseo tiene muchos escalones pero Dubrovnik es increíble. Es como estar en Italia, pero con la piedra más blanca y protegido por una muralla. Es una ciudad veneciana.
Por lo que he visto, Dubrovnik merece toda la fama que tiene. Y mañana tendré sueño y seguro que el ambiente que había por la noche se transforma en hordas de turistas como las de Praga y que caminar cuesta, pero hay que verlo.
Me alegro de que hayan rehabilitado todo Dubrovnik tras la guerra.